Cuando un trago es consumido, este baja por es esófago, pasa a través del estomago y hacia el interior del intestino delgado.
El torrente sanguíneo rápidamente transporta el etanol a través de tu cuerpo, donde es absorbido por los tejidos en proporción de su contenido de agua.
Que tan rápido es absorbido y metabolizado por el hígado depende del contenido alcohólico de la bebida y de si haz ingerido algún alimento.
El hígado desintoxica y remueve el alcohol de la sangre. Una pequeña cantidad se excreta, sin cambios, en el aliento, el sudor y la orina.
Los riñones fluyen el liquido directamente a la vejiga, haciendo que la orina sea excesiva y constante lo que a su vez incrementa la perdida de fluidos del cuerpo, misma que causa deshidratación, lo que final e irremediablemente te lleva a la resaca.
La inmensa mayoría del alcohol entra al torrente sanguíneo a través de las paredes del intestino delgado.
El contenido de alcohol en la sangre se dispara cuando el cuerpo comienza a absorber alcohol más rápido de lo que puede liberarlo.
El alcohol que no se metaboliza es distribuido a través del cuerpo, causando la borrachera que solo puedes sentir hasta que el alcohol se ha distribuido a través tu sistema.
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