Un empleado de una funeraria trabaja de noche para examinar cuerpos antes que estos sean cremados. Está examinando un cuerpo identificado con el nombre de Don Beto, que está listo para ser cremado y descubre que el difunto posee un pene enorme jamás visto.
– “Disculpe, Don Beto (piensa el empleado) No puedo mandarlo al crematorio con ese pene tan grande. Tiene que ser conservado para la posteridad”.
Con un bisturí remueve el pene del muerto, lo guarda en un frasco y se va para la casa.
A la primera persona a quien él quiere mostrar tal monstruosidad, es a su mujer.
– ¡Amor, tengo algo increíble para mostrarte! ¡¡Querida, no vas a poder creerlo!!…
Le enseña el frasco y al ver el contenido, su mujer grita horrorizada:
– ¡¡¡Ayyy no mames!!! ¡¡¡No me digas que se murió Don Beto!!!
Moraleja… ¡¡¡NUNCA LLEVE TRABAJO PARA LA CASA!!!
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