" Era la primera mañana después de la luna de miel. El joven esposo se levantó con los primeros rayos del sol y se dirigió a la cama. Preparó un suculento desayuno, lo colocó con sumo cuidado en una bandeja y lo llevó al dormitorio donde la joven esposa estaba aún en cama.
- Querida- dijo el esposo con amorosa voz- Te traje el desayuno.
La esposa abrió los ojos y profundamente emocionada contestó
- ¡Amor, no tenía que hacer esto.!
- Si, tengo que hacer esto- contestó el marido con seguridad.
- Así es como quiero mi desayuno... a partir de mañana"
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